Los grandes nacen, pero también se hacen. Y lo hacen, diferenciándose, porque luchan por derribar ciertas barreras que aunque en un principio parecen infranqueables, presentan grietas por las que penetran la ilusión y la oportunidad. Son los llamados locos soñadores, esos capaces de cambiarse a sí mismos y al mundo, haciendo del mismo algo especial. Y si es con un café mucho mejor, ¿no es verdad?
Uno de esos intrépidos aventureros es Adrián. Cliente nuestro en Tui, un pequeño y encantador pueblo de Vigo, decidió apostar por el café de especialidad en su local (@Pancho_3.0) tras haberse formado en la HB Coffee Academy de Zaragoza. Adrián dio así el primer paso de mil millas que le acercaba a conseguir lo que tanto deseaba para con esmero, esfuerzo y tesón alcanzar su sueño de ganar un campeonato Barista.
Como toda batalla formada por luchas previas en las que se muerde el polvo una y cien veces antes de llegar a la prueba final, Adrián intentó dar con su flecha en el centro de la diana en varias ocasiones sin éxito. Sin embargo, el hecho de intentarlo le proporcionó los frutos que necesitaba para seguir caminando cuando descubrió que triunfar sí era una opción.
Había pasado por una pequeña depresión tras darse cuenta de que había hecho una apuesta demasiado arriesgada y sentir que lo de competir no era para él. Pero su amigo Héctor, consciente de su talento y perfeccionismo, no cesó en su intento de crear una alianza en la dirección que marcaban las flechas de su gran sueño. Así que un día cogió el teléfono, marcó su número y lo llamó para decirle “Bro, habrá que presentarse, los sueños no se cumplen simplemente mirándolos”.
No obstante, como en todo buen plan hace falta crear una estrategia. La primera fase fue conseguir la maquinaria, lo cual fue sencillo. A continuación, pasamos a buscar el café donde teníamos no buenas opciones, sino muy buenas. Su coach tenía en mente lo que deseaba y de la mano de OPCE, nuestro finquero de confianza, nos proporcionaron el café. ¡Aquello iba sobre ruedas!
Y ahora estarás preguntándote, pero ¿cuál es la base más importante para encontrar un café con el que competir?
Bien, la primera es no dejarse engañar por las apariencias. Aunque sea increíble en la cata, no todo está bueno por el método espresso. Tienes que imaginarte el sabor de ese café en la bebida con leche y en la bebida de especialidad. Además, es clave prestar atención al tipo de tostado que va a llevar, es decir, cómo se comporta el café durante el tueste.
Existe una técnica infalible a la hora de elegir un café para la competición, que es la que yo utilizo. Ésta consiste en elegir a un grupo inesperado de personas, darles a probar varios tipos de café, incluido el que creo que nos vamos a llevar, y observar su reacción. Cuando todos coinciden en que uno, en concreto, es diferente, ése es, ¡lo tenemos! Era precisamente el que buscábamos.
Eliminada la posible sugestión, Adrián pasó a testarlo con varios cafés y se dio cuenta de que le encantaba. Seguidamente vino a nuestro aula para elaborar el discurso y su proyecto de bebida. Durante 3 días estuvimos dedicándole tiempo a la planificación de nuestra futura actuación, siempre con 3 conceptos muy claros en mente: Debía ser limpia, sencilla y destacando que era un café diferente. Como lo especial.
Seguro que conoces a alguien que, cuando se va, te deja una energía diferente en el cuerpo. Puede que te limpie el borrón que llevas en la cabeza, o puede que sea una de esas personas que con su naturalidad y sencillez te haga sentir lo que eres, único. Pero en cualquier caso te transforma, como nuestro café de especialidad.
Volviendo a la historia de Adrián, el café que escogimos se trataba de un Colombia de la región de Caldas, a una altura de 2000 metros de altura, lo que hace que las cerezas tengan más concentración de grados Brix, o sea, más azúcar. Proviene de la finca La Cristalina y, en cuanto a la variedad, hablamos de un Pink Bourbon, cuya recolección es una cosecha tardía llevada a cabo por el método picking. Esto significa que una vez recogidas se llevan al beneficio y se dejan reposar durante toda la noche para después hacer un proceso de flotes sacando de esta manera los granos menos densos. A partir de ahí se colocan en tanques metálicos para comenzar el proceso de fermentación anaeróbica unas 120 horas, pero en seco. Durante 4 días, las cerezas se sacan de manera intermitente hasta llegar al 11% y su proceso, llamado Proceso Cristalino (natural), es patentado por nuestro productor, Luis José Valdez.
Adrián no solo es un ganador, es también un claro ejemplo de cómo con atención al detalle y esfuerzo los sueños pueden hacerse realidad. Tangibles. Por eso en One Cup decimos que no hay sueños demasiado grandes, así como no hay soñadores pequeños.
Tu equipo de One Cup Coffee aplaude tu trabajo y representación para recordarte que estamos orgullosos de ti. ¡Felicidades campeón!